El pasado jueves se ofreció a las familias del municipo de San Bartolomé de Tirajana un taller dirigido a erradicar los mitos y miedos sobre las relaciones amorosas en las personas con discapacidad y mayores.

 

La afectividad y la sexualidad de las personas con discapacidad sigue siendo un tema tabú y muy poco abordado, a pesar del consenso social existente sobre la necesidad de que sea tratado de forma adecuada.

 

Esa fue la idea central del taller impartido por la sexóloga y antropóloga Noemí Parra Abaúnza a una veintena de familias de personas con distintos tipos y grados de discapacidad.

 

El taller, dedicado expresamente a la afectividad y sexualidad en personas con discapacidad, se impartió en el Aula de docencia del Centro de Estancias Diurnas, dentro del amplio Programa de Accesibilidad 2014 que el Ayuntamiento está desarrollando en distintos ámbitos sociales en colaboración con el proyecto ‘Gran Canaria Accesible’, del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria del Cabildo de Gran Canaria.

 

La sexóloga Noemí Parra, que también ejerce como profesora asociada en la Universidad grancanaria, destacó que todas las personas necesitan recibir educación sexual y que se faciliten las condiciones que les permitan una vivencia satisfactoria de la sexualidad. Al respecto insistió en que las personas con una discapacidad y mayores también necesitan que se atienda, se eduque y se presten apoyos a su sexualidad.

 

“La sexualidad de las personas con discapacidad y mayores sigue siendo un tema tabú, a pesar de que hay bastante consenso respecto a que es necesario que sea abordada adecuadamente”, dijo.

 

En ese sentido, en este taller organizado desde el área de discapacidad de la Concejalía de Servicios Sociales se reflexionó sobre algunos estereotipos y mitos referidos a la sexualidad de las personas discapacitadas, como el pensamiento de que son “ángeles asexuados” o, por el contrario, que son “imparables” y si se habla de sexualidad con ellos se incrementan las conductas y por tanto es mejor no hacerlo. Y también se abordó el hecho de que la sexualidad de las personas con discapacidad sea atendida sólo desde las urgencias, es decir, cuando “pasa algo”.

 

Un derecho

 

“El objetivo de la educación sexual es que las personas aprendan a conocerse, aceptarse y expresar su sexualidad de manera satisfactoria, lo que implica aprender a gestionarla”, afirmó Parra Abaúnza, quien insistió en que la educación y atención de la sexualidad de las personas con discapacidad y mayores “es un derecho y está estrechamente vinculado a su calidad de vida, autodeterminación e integración social”.

 

El taller impartido por Noemí Parra Abaúnza contó con una primera parte teórica y una posterior visualización de un cortometraje que contribuyó al debate y la reflexión, y culminó con una batería de preguntas y un pequeño debate final.

 

Los asistentes coincidieron en que se requiere la coordinación entre las familias y el personal técnico, del mismo modo que es necesario contar con profesionales de la sexología que orienten en este proceso educativo.

 

Además, se consideró interesante seguir profundizando sobre esta temática aterrizando en temas más concretos, que presten los apoyos necesarios a las familias y profesionales para afrontar la tarea de la educación sexual de las personas con discapacidad. En ese sentido, el Ayuntamiento está gestionando ya una ampliación de la oferta formativa para los familiares, incluyendo en ella el desarrollo de un nuevo taller específico sobre la afectividad y sexualidad en personas con discapacidad mayores de edad.