David Hernández es capitán del equipo de baloncesto en silla de ruedas BSR ACE Gran Canaria. Hace 10 años tuvo un accidente laboral. Trabajaba en la construcción y “un día cualquiera”, tal y como él nos cuenta, se soltó una carga y se le cayó encima. Le rompió la columna a nivel dorsal 12, lumbar 1, y cambió su vida. Sin embargo, David encontró un motivo para luchar y seguir adelante: su primer hijo y el deporte.
Después del accidente, ¿qué te dio fuerzas para continuar con tu vida?
Lo primero que nos preguntamos es ¿por qué a mí? Pero después de haberlo pasado, sé que se pueden hacer muchas cosas. A mí el deporte me abrió un poco el mundo. En el mundo del baloncesto ves muchas personas con discapacidad así que no te preguntas tanto que por qué a ti, porque hay tantas personas que tienen discapacidad por un accidente, una enfermedad o por cualquier otra razón… Entonces das el siguiente paso de empezar a trabajar y a buscar alternativas no para solucionar tu problema, sino para saber llevarlo lo mejor posible.
¿Qué alternativas encontraste en este proceso de recuperación?
A mí me ayudó enterarme en el hospital de que mi pareja estaba embarazada. En ese momento tenía una sensación agridulce y pasé a tener una sensación muy hermosa. Estábamos buscando desde hacía años tener un hijo. Para mí fue un palo fuerte pensar cómo iba a hacer con mi hijo, pero la parte positiva era que tenía algo por lo que luchar; era una ilusión.
Tengo entendido que además tuviste la suerte de tener a alguien que te animó a introducirte en el ámbito deportivo
Sí. En mi familia son deportistas. Mi hermana fue olímpica en Balonmano. Me ayudó mucho en mi transición hacia el deporte. Iba al gimnasio con ella y hacíamos de todo: cintas, gatear… Ella me inculcó esa fuerza, ese empujón, para no quedarme en casa.
¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha pasado como jugador profesional?
Aunque todo compensa, quizás lo peor es el tiempo que dejo de estar con mis hijos y mi pareja. Resulta que mi lesión se convirtió en incompleta y pude tener otro hijo. Lo mejor es lo que me aporta: dejar un poco la vida cotidiana, tener objetivos, tener responsabilidades… Además, practicar deportes en silla te ayuda a tener mucha autonomía en el día a día.
¿Qué consejo le darías a una persona que acaba de tener un accidente que le afecta a su movilidad y que no sabe muy bien hacia dónde enfocar su vida?
Eso depende de lo que quiera, no a todo el mundo le gusta el deporte. Hay personas a las que les gusta más estudiar y terminan su carrera. Pero es verdad que el deporte te ayuda en cualquier faceta de la vida porque te hace sentir bien. A los que vamos en silla de ruedas nos ayuda mucho en el manejo de la silla, a saber caerte, por ejemplo. Caerte no te preocupa tanto como antes y te sientes más autónomo. En definitiva, con ganas y con objetivos se pueden conseguir muchas cosas.